lunes, 17 de marzo de 2008

La memoria que pude haber escrito



1.Esther


Esta es la memoria que pude haber escrito, se ha escapado en la continuidad, pero fragmentariamente la poseo, leo.

Sentí el dolor de mis amigos en el entierro de Esther, pero igual siento la carga que les represento: la muerte viva. Más allá de sus manos en mi espalda y palabras de consuelo, su mirada proyecta el alivio de lo ajeno.

Apilo sobre su tumba miles de fotos, lo único que trato de reconstruir es su voz. Sus fotos no me bastan, añado fotos de mi madre, de mi padre, de mis sobrinas, de aquella amiga de un amigo que en mi cumpleaños hizo una visita rápida. Persistente en el fracaso recorto revistas, periódicos, salgo a la calle a capturar gente extraña.

Me he visto con Nacho después de veinte años, me ha dicho que estoy irreconocible: “esta práctica de tomarle fotos a las fotos me parece absurda” me dijo, que diría si supiera que nunca he perseguido una imagen, que nunca he perseguido un recuerdo.



2.La memoria que pude haber escrito


Encontré este texto, en la casa vacía de un amigo de mi padre, después de su muerte. Fue un curioso descubrimiento, formaba parte de un tápiz de papeles tirados por el suelo, la escritura lo diferenció, era casi el único fragmento de papel con los signos de nuestro alfabeto.

Mi padre nunca me contó mucho de su amigo, fuero grandes colegas en la universidad, después lo volvió a ver un par de ocasiones, pero nunca para volver a entablar amistad. El cariño nunca se disipo, se transformó en una preocupación extraña en sus ojos, probablemente creada por la culpa de ser feliz.

En mi maleta de viaje, entre una serie de fotocopias viejas, con sorpresa he encontrado el papel. Tratando de recordar la mirada de mi padre, de mi madre, de mis hermanos, no he logrado sobrepasar el ruido del océano, y el texto sólo me llevado a una serie de desilusiones, donde el fracaso pesa como una larga sombra. Estoy atrapado en la circularidad de la fotografía, sin poder detener la distancia que poco a poco nos separa, y que la memoria no puede reconstruir.


3.Ficha.


La memoria que pude haber escrito”

Pablo Bonilla Elizondo

Valencia, España. 2008.

Duración: 3,32 minutos

Música. Videotape Grupo: Radiohead. Disco: in Rainbows.

también publicado en youtube




lunes, 3 de marzo de 2008

Memoria de Cabanyal






























1. no es la vista interna expuesta en la fachada: exponer el “antes habitable” sobre lo “ya destruido". (Lo público).

no es la vista de una fachada restaurada o la proyección de como sería. (Lo utópico).

no son los apellidos de una familia, ni los apellidos de un artista: "la firma", "la autoridad", "la propiedad". (Lo realista)

2. Puede que nunca haya existido algo más que la fachada destruida. Puede ser, que la fachada sólo ha servido para soportar la memoria de su propia fachada destruida.

Así, esos supuestos habitantes, no les quedará más que reconocer su propia ficción: ¿Cómo desarrollar un vínculo con lo que será destruido?. Siempre fueron ruinas, y la única manera de habitar las futuras ruinas es asumiendo el presente en ruinas.

3.Esta es la memoria del Cabanyal


Más info: http://www.cabanyal.com/